¿Te imaginas alucinar con todo, incluso maravillándote ante lo que estamos viviendo a nivel planetario? Sales a la calle o abres el periódico y en ti sólo brota una sensación de perplejidad alegre. Lo habitual es hacer precisamente lo contrario. Nos agobiamos y angustiamos, no podemos dormir y la ansiedad, el estrés o la depresión toman las riendas. Al fin y al cabo, nos han entrenado muy bien hacia la preocupación y el miedo.

Por eso, estos días no hago más que darle vueltas a un verso del Shiva Sutra

Vishmayo yogabhumikah 1.12

en el que se describe el estado del yoga como un “asombro lleno de gozo”.

¿Puede ser eso posible dados los tiempos que corren? Yo digo que sí y quiero compartir contigo una visualización que cambiará tu interpretación de las cosas:

*

Haz cinco respiraciones suaves y lentas, aflojando tensiones y permitiéndote este precioso momento.

Ahora visualízate a ti misma/o en un estado vital más allá del cuerpo y de tu presencia en la Tierra. Sólo eres Ser, alma, Consciencia. Estás emocionadísima/o porque hace poco te han comunicado que vas a encarnarte. Ya has elegido las circunstancias en las que vendrás e incluso el cuerpo y todas sus características sutiles. Llevas mucho tiempo esperando este momento ¡por fin vas a poder tomar un cuerpo de materia, vivir todas sus sensaciones, emociones y sentimientos! Tienes unas ganas locas de probar la comida; de sentir ese líquido transparente que llaman agua tocando tu piel cuando cae del cielo; de experimentar los efectos de los pensamientos, de las relaciones con otros seres vivos también encarnados y las incontables vivencias que este planeta ofrece.

Toma otra respiración profunda y sitúate en el momento presente, en el que estás leyendo el ejercicio desde tu identidad terrenal. Entonces entra en contacto con un estado vital en el que eres plenamente consciente de tu identidad universal, eterna y divina. Asiéntate en el cuerpo físico y, desde su centro, contempla todo lo que experimenta a través de los sentidos. Como alma despierta no sólo sientes una alegría inmensa, sino que observas todo con curiosidad, amor y compasión. No enjuicias negativamente, tampoco rechazas, sino que abrazas cualquier experiencia porque sabes muy bien que nada ni nadie puede dañarte y que puedes transformar aquello que se presenta en la pantalla externa de tu experiencia desde la mayor comprensión. Me atrevo a decir que ¡flipas con todo! Caminas ligero y tu corazón siempre se mantiene abierto. Incluso aquello que llamamos sufrimiento no puede herirte porque tu cuerpo cuenta con la capacidad de regenerarse haciendo que la recuperación de cualquier desequilibrio sucede de manera natural y espontánea. Todo está bien, cuidado y sucediendo de acuerdo a un orden divino. 

Abre los ojos y siéntete en paz, has recuperado tu fuerza interior, con confianza y una fascinación absoluta vuelves de nuevo a tu vida exterior.

*

El yoga nos invita a contemplar la realidad de este modo, entre otras cosas es la manera de pasar a nuevos estados vitales tanto personal como colectivamente. Además, es bastante más jovial, divertido y real.

Este mes de diciembre, cultivemos la actitud de vismaya, mirándolo todo con este gran asombro lleno de dicha.

Namaste, 

Zaira

Compartir