Cuando te registres, recibirás un mensaje semanal sobre el estilo de vida yóguico.
XUna de mis series favoritas de pequeña era Sandokán, en parte porque le llamaban el tigre de Malasia y eso me fascinaba, además de su mirada penetrante y ese aspecto indio y exótico que me situaba en mundos fuera del convencional. Era un personaje de lo más valiente e intrépido, cualidades necesarias en estos tiempos en los que todo tiene que caer para volver a florecer. A veces asusta eso de que “todo tenga que caer”, pero contamos con la fuerza interior para ello y más ahora ya que con la luna nueva comienza el año del Tigre de agua en la astrología china. No suelo mezclar tradiciones, pero el tigre es relevante también en India y me encanta la idea de que este sea el animal totémico para el 2022. ¿Quieres conocer las maravillas que nos trae?
La primera nos llega porque es el príncipe de la jungla, majestuoso, observador y sigiloso. El tigre se pone en movimiento cuando es necesario, es maestro de su propia energía y en una décima de segundo puede pasar del estado de reposo más profundo a dar un salto gigantesco y atrapar a su presa, haciéndolo con movimientos elegantes que muestran su increíble poder. Nunca duda de sus capacidades y vive en estado de presencia plena. Su mente no divaga ni se distrae dejándose llevar por pensamientos o emociones absurdos y recurrentes, manifiesta una armonía absoluta entre su cuerpo, su mente y su intención. Es portador de virya, el coraje y la fuerza interior así que este año contamos con todo eso para lanzarnos a por cualquier objetivo que nos marquemos y el tigre nos va a llevar hacia ello con la potencia del Ser de Luz que somos.
La segunda es que sabe elegir sus objetivos y esperar pacientemente al momento perfecto para abalanzarse. Como todos los animales nunca caza ociosamente, sólo cuando es necesario y el acto en sí, viene impulsado por lo que su cuerpo requiere. Quizá es buen momento para re-evaluar y preguntarnos cómo nos sentimos y qué necesita nuestra vida ahora mismo de modo que podamos marcar el camino a seguir. Durante todo el año experimentaremos la fricción interior entre lo viejo y lo nuevo, entre dónde estamos y la realidad hacia la cual queremos avanzar, pero esa realidad se irá manifestando a medida que le vayamos dando vida primero en el interior y, para ello, es fundamental que meditemos, que nos cuestionemos muchas cosas y que dialoguemos con nosotros mismos. Saber esperar a estar maduros por dentro nos permite eclosionar justo en el instante adecuado y evita que nos preocupemos o angustiemos innecesariamente.
Además, es un animal solitario y el camino interior sólo lo puedes vivir tú contigo mismo/a. Eso no quiere decir que no disfrutemos enormemente de la compañía de otros ni que debamos aislarnos, es más, la fuerza que aporta vivir en comunidad con seres afines es uno de nuestros grandes apoyos ahora mismo. Sin embargo, podemos hacerlo juntos, pero no revueltos, esto es, cada uno haciendo su trabajo interior, transformando nuestros karmas y memorias limitantes, despertando a la naturaleza divina de la cual formamos parte y aportando lo mejor para contribuir a la evolución del todo.
Observar los movimientos de un tigre en su entorno natural es todo un espectáculo de modo que la cuarta cualidad es la lentitud sigilosa de sus pasos, cómo tiene la capacidad de apenas generar ninguna agitación. Esto despierta en mí la idea de que los humanos nos hemos convertido en seres ruidosos y disruptivos, cómo allá donde vamos perturbamos el entorno, irrumpimos en él con una falta terrible de sensibilidad y sin realmente encajar, nada como el tigre para moverse sin ser oído, sin ser visto, fundiéndose con lo que le rodea y en total armonía con el medio en el que se encuentra. Es una de las cualidades que me gusta cultivar en mí misma y en mis clases ya que creo que traería más equilibro entre todas las partes que formamos el tejido de la existencia y, por supuesto, mayor paz en nuestro corazón.
Por último, me gustaría destacar que nos encontramos ante un tigre de agua y éste, siendo el elemento de lo femenino nos alienta a fluir siempre, a dejarnos llevar por la corriente de Gracia que es la vida, centrados en el poder interior de nuestra paz silenciosa y con la majestuosidad de la presencia de la Consciencia. En ese fluir vamos purificándonos, empezando por las emociones, que tan a flor de piel andan últimamente. El miedo, sobre todo, es lo que más nos está paralizando tanto a nivel personal como en el colectivo. Ahora que estoy llegando al final del post, caigo en la cuenta de que Durga, la Madre Divina, siempre aparece montada sobre Gdon, su tigre, y que ella encarna la fuerza de lo femenino divino que fluye por nosotros, capaz de alisar y pulir hasta las rocas más duras y las aristas más puntiagudas. Cabalguemos sobre este increíble tigre de agua y que su poder despierte todo el brillo del Ser, ayudándonos a crear ese mundo colorido, armonioso, luminoso y lleno de amor que ya existe en nuestro corazón.
Aham Prema - Somos Amor