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XT he dance of transformation is powerful and ecstatic. Many yogins that come to my classes are going through deep changes in their lives: career, place of residency, family members that have passed away…This post offers inner guidelines to embrace transitions in the highest state of awareness. The coming Winter solstice is an auspicious time to let go of many things that don't belong anymore to your current state of evolution and it creates the space for you to jump into a new stage.
In yoga there is an image of the Supreme Consciousness that incarnates as a god that dances, almost crazily. At each step, the dense becomes light and the dark goes back to be luminous. This dance is called tandava and the god dancing is Shiva Nataraja. The image comes from Southern India and it seems almost contradictory to the representations where Shiva is siiting meditating, above the tangles of human experience. Here Nataraja shows a very dynamic attitude, not static at all. This dancing god talks about our implication in the transformative path, about the impermanence of things in the material world and the eternal cycle of creation-sustainance-dissolution. He dances with all the imaginable passion and, at the same time, his face shows the calmness of the one who knows the core of the Self. He is surrounded by a circle of alchemic flames and one of his feet squashes the ugly dwarf of ignorance. Shiva Nataraja is free and joyful.
Going through deep quantum shifts can be scary…
 
Enjoy and celebrate extatically the radical turns of life. Set yourself for a greater opening, understanding and awareness, for your own evolution and for the whole planet.
L a danza de la transformación es poderosa y extática. Muchos yogins que vienen a mis clases están experimentando cambios profundos en sus vidas: de profesión, de residencia, familiares que han fallecido... Este post ofrece pautas internas para pasar por los tránsitos con el estado de conciencia más elevado. ¬†El próximo solsticio de invierno ofrece un momento muy propicio para dejar partir muchas cosas que ya no tienen lugar en tu estado evolutivo y crea el espacio para dar el salto a una nueva etapa.
En yoga existe una imagen de la Consciencia Suprema encarnada como un dios que baila, casi frenético. Con sus pasos, lo denso se hace ligero y lo oscuro vuelve a recuperar la luz. Ese baile se llama tandava y el dios es Shiva Nataraja. La imagen proviene del Sur de India y parece que contradice las representaciones de Shiva en las que está sentado en posición meditativa, por encima de los líos de la existencia humana. Nataraja tiene una actitud muy dinámica, nada estática. Este dios danzante habla de nuestra implicación en la transformación, de la impermanencia de las cosas en el mundo de la materia y del eterno ciclo de creación-vida-disolución. Baila con toda la pasión imaginable y, a la vez, su cara muestra la calma de quien conoce el centro de su Ser. Está rodeado por un círculo de llamas alquímicas y con uno de sus pies aplasta al enano de la ignorancia. Shiva Nataraja es libre y dichoso.
Pasar por cambios cuánticos profundos a veces da vértigo‚Ķ
Disfruta y celebra extasiado los giros radicales en tu vida. Direcciónate hacia una mayor apertura, comprensión y conciencia por tu propia evolución y la del planeta.