el color de las cerezas
27-05-2016
E
sta semana de mayo tiene el color de las cerezas, quizá porque estoy sentada junto a un tazón rebosante de ellas, rojas, brillantes, con su apetecible carne turgente. Hoy te escribo sobre el crecimiento y la evolución, pero ¿qué tiene eso que ver con las cerezas? Sigue leyendo‚Ķ
Hace un par de años un querido amigo me llevó a visitar unos cerezos maravillosos en los montes cercanos a Madrid. Uno me llamó la atención en particular y no sólo porque era gigante y majestuoso, con ramas inmensas que protegían las huertas de la tierra del labrador en la que se encontraba. Otros más pequeños e igual de hermosos seguían cargados de fruta y generosamente nos la ofrecían. ¡Qué festín y qué gratitud se siente cuando puedes comer directamente de la Madre Tierra, es como si te amamantara con leche de colores!
El caso es que el cerezo ha hecho un largo recorrido para llegar a ser lo que es, vamos a dar unos cuantos pasos para atrás. Si tienes cerezas en tu nevera, levántate y ve a comerte una. Saboréala y llega hasta el hueso. Muérdelo e intenta romperlo. ¡Auch! Quizá no tan fuerte‚Ķ Ahora ya sabes lo dura que está la cáscara de esa pequeña semilla. Ahí dentro está contenida toda la información de lo que puede llegar a ser, pero para que ocurra, primero debe caer en la tierra correcta y esperar pacientemente a que vayan sucediendo todos lo pasos propios de su evolución.
Crecer no es fácil, hay muchas cáscaras que romper, pero es nuestro deseo más profundo. Antes o después tu esencia cósmica empezará a agitarse en la oscuridad de tu propia semilla, empujará desde dentro, irá creando pequeñas fisuras en la dura capa que la recubre y haciendo que pequeños filamentos de lo que eres auténticamente echen primero raíces para luego crecer hacia el cielo.
Evolucionar es inevitable, mi hija de doce años se rebela si la trato como cuando tenía dos (lógicamente!).
Lo natural en el ser humano es no querer volver a un estado evolutivo previo y sin embargo nos han hecho creer que cuando el cuerpo físico deja de crecer, tu Ser también se para.
Mucha gente sufre porque se aferra al estado en el que están oponiéndose a su propio crecimiento, a veces por miedo a lo desconocido. Presta atención, porque en la vida adulta tienes la posibilidad de seguir cambiando. Es una de las razones por las cuales estás aquí. Pasarás por muchas fases que te irán llevando a la plena realización de tu Ser. Y
cuando te veas como el cerezo, feliz, cargado de fruta y con las ramas al viento seguro que no pensarás ¿por qué no me habré quedado en ‚Äúsemilla‚Äù?
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