¡Cuántas veces habrás oído algo así como "estate atento, que te vas a hacer daño"! (o que te vas a cortar o se te va a pasar el arroz). Desde niños escuchamos esta cantinela. ¿No habría sido mejor algo como "Estate atento, porque vas a perderte tu propia vida"? Más abajo, un súper remedio para las neurosis de la vida moderna, los miedos, el estrés, la falta de motivación, las adicciones o la infelicidad. El estado de atención plena te ayuda a estar presente, a darte cuenta de lo que está sucediendo en este momento aquí y ahora, pero no es la medicina a la que me refería arriba. Gracias al estado de mindfulness observas, piensas y reflexionas sobre lo que están haciendo tu cuerpo y tu mente-corazón. Vas a clase de yoga y el profe dirige tu atención a unas partes u otras del cuerpo de manera que permaneces centrado a lo largo de toda la sesión. Es un buen ejercicio para la mente pues así empiezas a tomar sus riendas y a aprender a dirigirla. Sin embargo, existe una dimensión de experiencia que va más allá: el estar consciente. Significa que además de permanecer atento, estás en-Consciencia, conectando con la energía suprema que fluye a través de ti en todo momento. Aquí ya no hay palabras, ni pensamientos ni sensaciones, simplemente eres a lo grande y comienzas a trasmutar los condicionamientos de la mente. Cuando estás consciente parece que el espacio y tiempo se desdibujan, las cosas que haces se vuelven más meditativas y conectas con la esencia luminosa de lo que eres auténticamente. Estar atento es como sintonizar los diales, cuando estás consciente entras en el canal de conexión con la infinitud de la experiencia plena. No piensas en ella, ni en el cómo ni en el por qué, te abres a que fluya a través de ti. Si solo estás atento, corres el peligro de vivir en la mente, por eso te animo a que des el gran salto hacia ¡ser Consciencia!

Medita, ama y celebra

Compartir