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XLa pasada luna nueva dio comienzo a Navaratri, el festival a la Madre Divina que celebra el principio femenino divino. Una de las características primordiales de lo femenino es su naturaleza cíclica, nos lleva a evolucionar pasando por fases cambiantes que se reproducen eternamente.
Las fases de la luna, las estaciones del año, los distintos momentos del día reflejan este devenir cíclico y el estado de nuestro cuerpo-mente-corazón varía de acuerdo a sus cambios. Pensamos en los ciclos de la naturaleza como procesos aislados cuando en realidad están entretejidos. Déjame que te explique cómo y por qué Los cuatro ciclos principales (el del Sol, el de la Luna, el de la Tierra y el de las aguas del planeta) están relacionados entre ellos y comparten la característica esencial de sucederse en sus distintas fases en armonía con el patrón universal de creación, sostenimiento y disolución. Si observamos el curso del día, por ejemplo, a partir de la media noche, la presencia del sol va ganando intensidad, amanece y su fuerza iluminadora alcanza la cúspide al mediodía, cuando el sol está en su punto álgido; a partir de ahí, su potencia comienza a descender, atardece y la luz se retrae en sí misma hasta llegar al momento de mayor oscuridad en la media noche.
Asociando esto a las fases de la luna, femeninas por excelencia, podemos claramente ver la relación entre:
luna nueva - invierno - medianoche - bajamar
luna creciente - primavera - amanecer - la marea subiendo
luna llena - verano - mediodía - pleamar
luna menguante - otoño - atardecer - la marea bajando
El cuerpo y la mente-corazón de las personas que viven en armonía con la naturaleza pulsan de acuerdo a estos ritmos. Si este otoño te sientes más introspectivo y reflexivo, con ganas de comer cosas más cálidas y cremosas o de tumbarte en el sofá con una mantita y un rico latte, ya sabes que estás en la fase menguante del ciclo anual. Es un privilegio ser testigo de cómo el universo entreteje la vida tan elegantemente... Uau, en cuanto me paro a observar ¡no puedo menos que maravillarme!
Photo by Robert Lukeman on Unsplash
Y cuanto mejor nos iría si fluyesemos con esos ritmos.
¡Sí! No sólo a nivel personal, sino global... Lo importante es que quienes somos conscientes sigamos centrados en vivir en armonía con la Naturaleza, el efecto mariposa es real y juntos podemos apoyar la evolución del planeta. Gracias por tu comentario, Maty querida ‚ô°