T oda mujer lleva dentro el código de ser sagrada y salvaje, solo que dormido la mayoría de las veces. Es ese aspecto de nosotras que se rige únicamente por la ley natural, que es radicalmente libre, rebelde, que vive por y para la expansión de su energía y que corre feliz por el bosque. Estar en contacto con esta faceta de ti misma, despierta un inmenso apetito por la vida a cualquier edad.

Las mujeres sagradas salvajes bailan desnudas bajo las estrellas, bajo la lluvia, junto al fuego. Podermos reconocerlas en arquetipos de lo femenino divino como Diana en Roma, Artemis en Grecia o Kali en India. Su esencia es el canal que te une con los principios de la Tierra. Forman el gran útero galáctico que creó la realidad.

Maneras de despertar la mujer sagrada salvaje que llevas dentro:

• Pasa tiempo en la naturaleza, tú sola. Túmbate directamente sobre la tierra y respira con ella. Suelta y abandónate a ella. Practica la relajación consciente sobre la piel de la gran madre.
• Medita en el espacio bermellón de tu vientre. Visualízalo como un receptáculo sagrado. Es húmedo y oscuro, como una cueva y en él brilla una luz rosada-dorada.

• Baila a la música de los tambores, hundiendo los pies. Ahora que llega el buen tiempo, baila preferiblemente afuera, junto a una hoguera y a la luz de la luna.

• Si todavía menstrúas, recolecta la sangre sagrada de tu cuerpo y ofrécesela a la Tierra. También puedes ir al bosque durante los días del ciclo, ponerte a cuclillas y soltar la sangre directamente a la tierra.

• Haz transmutación de la energía sexual. Purifica y eleva la potentísima energía creadora que fluye por tu cuerpo, dejándole que sane y transforme cada célula de tu ser.

La mujer sagrada salvaje es consciente de su poder, es fiera protectora de la vida, vive en hermandad y lealtad, instintiva e intuitiva. Celébrala con plenitud.

Jai Jai Maa

Compartir