Oh oh que ya llega esta época temida por todas‚ ¡la de comprarte el bikini de temporada! Pocas situaciones bajan tanto la autoestima como probarse trajes de baño en el mes de mayo. Estás blanca como la leche y con los humillantes focos de los vestuarios te ves defectos por todas partes. Nos guste o no, todas tenemos nuestros problemillas con la imagen corporal, pero ¿y si te digo que esta Gota de Luz te ofrece una visión completamente revolucionaria?

El cuerpo físico es el vehículo que elegiste para estar en el mundo. Sí, en el catálogo de la encarnación había muchos cuerpos de todo tipo, pero tú decidiste que este que tienes aquí y ahora era el perfecto para ti, el que te iba a permitir hacer el viaje como ser encarnado en la Tierra, colmando todas tus necesidades álmicas y kármicas. Sin embargo, la sociedad de consumo se empeña en decirte que tienes que ser de esta manera o de otra siguiendo unos cánones de belleza artificial creados con Photoshop o en el laboratorio de un cirujano plástico. Desgraciadamente lo han conseguido, en el interior de todas existe esa voz demoniaca repitiéndonos que tendríamos que ser más altas, gordas, flacas, con los dientes más blancos, el pecho más grande y el pelo largo, abundante y resplandeciente como el Sol. ¡Rompe ya con eso y re- enamórate de tu cuerpo con las siguientes ayurtips!

❤ Rutina diaria armónica.

❤ Auto-abhyanga.

❤ Ejercicio del espejo (Lo encontrarás en mi libro Una fiesta para el alma)

❤ Respiración-contemplación ¡Habito mi cuerpo con amor!:

Siéntate en postura de meditación, en tu espacio sagrado. Empieza respirando suavemente, expandiendo los ciclos de inspiración y espiración. Sin forzar, sin esperar nada ni buscar nada.

Ahora siéntete dentro de tu cuerpo-mente-corazón, porque esta red de estructura material es parte del ser de luz que eres. Tu cuerpo-mente-corazón es tu casa. Respira suavemente dentro de tu hogar aquí en la Tierra. Se siente tan bien, tan a gusto aquí dentro. Mmmm sigue respirando uno minutos más de este modo.

Cuando sea el momento, abre los ojos y contempla tu cuerpo desde fuera. Obsérvalo con amor durante unos segundos o minutos. A continuación, vuelve a tus tareas.

Namaste

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