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XT odos conocemos la historia de los Reyes Magos, pero ¿sabes qué significan las ofrendas que le entregaron al niño Jesús? Como yo siempre he sentido curiosidad por saberlo, el post de hoy explica brevemente el uso de estos regalos tan preciados desde la perspectiva ayurvédica. Sigue leyendo y encontrarás que son profundamente yóguicos y terapéuticos.
Desde tiempo muy antiguo, oro, incienso y mirra solían entregarse a reyes y dioses no sólo por su valor simbólico sino también por su aplicación práctica. Existen indicios de ofrendas de este tipo en el templo de Apolo mucho antes del nacimiento de Jesús, por ejemplo.
Representa la cualidades de la realeza y de lo divino, pero además se usaba en todas las etapas de la vida porque el oro y el cuerpo humano tienen ‚Äúbuena química‚Äù.
El oro es el vigor y la virilidad de agni, el fuego metabólico, se consideraba este metal como afrodisíaco. Favorece la fertilidad, fortalece al feto, incrementa la inteligencia y el intelecto, refuerza el sistema inmunológico y previene las enfermedades del sistema respiratorio.
Es un símbolo de las capacidades del líder espiritual y en Oriente se ha utilizado en ceremonias religiosas durante miles de años.
La resina de incienso se utiliza como un potentísimo anti-inflamatorio, antitumoral, fortalecedor del sistema inmunológico y antidepresivo. Se usaba para aliviar la artritis y cualquier otro proceso inflamatorio en el cuerpo. También promueve el estado meditativo y tiene propiedades calmantes y relajantes para el sistema nervioso.
Se usaba en Oriente Medio para embalsamar a reyes y nobles y además, promueve el despertar espiritual y los estados elevados de conciencia.
La mirra es otra resina con cualidades antioxidantes anti-inflamatorias y antitumorales. Combate los parásitos y los virus. Desde hace miles de años se ha usado para tratar enfermedades como la diabetes, el cáncer o la hepatitis. Se utiliza en infecciones fúngicas como las cándidas, los problemas de encías o los eczemas. Se tratan con mirra problemas comunes de piel como las arrugas, las estrías.
Los Reyes es mi celebración favorita del año, no por los regalos, sino por la magia, los dorados la ilusión (y el roscón con chocolate, cómo no!).